Decidí repasar con los más jóvenes el círculo cromático. Algunos alumnos se han incorporado a las clases recientemente y no lo conocen y a los que sí no les viene mal repasarlo. Para que fuera divertido utilizamos la técnica de “spin painting” o pintura centrifugada.
Primero hicimos números. Trabajando con 6 colores: los tres primarios (amarillo, rojo y azul) y los tres secundarios (naranja, verde y violeta) teníamos que poder repartir el resultado entre los 9 alumnos. Así que repetimos cada color 3 veces para que cada niño se llevara dos “cuadros” aunque resultaron ser redondos.Utilizamos pintura acrílica sobre platos de cartón de la medida adecuada para introducirlos en las centrifugadoras de ensalada.
Primero pintamos con los colores del círculo tres platos de cada color y sobre ellos fuimos echando el resto de colores más el blanco (excepto su complementario sólo para que consiguieran aprenderlo). La pintura se aplica en el centro con la ayuda de un pincel (también podría servir un cuentagotas) y después se hace rodar. Conviene diluir la pintura un poco para conseguir que se expanda con facilidad.
Esta vez los niños trabajaron en equipo y después como sobró tiempo (cada vez son más rápidos y eficientes) cada uno se realizó su propio plato con los colores y combinaciones que quiso.
Para finalizar el trabajo construyeron el círculo cromático ordenando y colocando cada color en su posición. Y así quedó de bonito.
Os invito a que probéis esta técnica en casa es muy divertido y se consiguen efectos de color espectaculares.
Si queréis saber más sobre spin painting podéis visitar la web del artista británico Damien Hirst nacido en 1965 y ver sus pinturas realizadas con esta técnica.